En los últimos años, América Latina ha emergido como una región destacada en el mapa global del turismo de reuniones, congresos y convenciones. Esta transformación responde a una combinación de factores: su riqueza cultural, su infraestructura en constante mejora, la creciente conectividad aérea y la oferta competitiva en costos. Desde México hasta Argentina, los países latinoamericanos están capitalizando sus fortalezas para atraer a organizadores y participantes de eventos de todo el mundo.
Infraestructura de clase mundial
Uno de los pilares del éxito de América Latina como destino para congresos y convenciones es su infraestructura de alta calidad. Ciudades como Ciudad de México, São Paulo, Buenos Aires, Bogotá y Santiago han invertido significativamente en centros de convenciones modernos y hoteles que cumplen con los estándares internacionales.
Por ejemplo, el Centro Citibanamex en Ciudad de México y el Centro de Convenciones de Cartagena en Colombia se encuentran entre los más reconocidos de la región. Ambos combinan tecnología avanzada con una capacidad para albergar eventos de gran escala. Además, países como Perú y Chile están apostando por el desarrollo de nuevos recintos y la modernización de sus instalaciones existentes.
Ventajas económicas
El turismo de reuniones genera un impacto económico significativo. En América Latina, representa una oportunidad crucial para dinamizar las economías locales y regionales. Según datos del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), el segmento MICE (Meetings, Incentives, Conferences, Exhibitions) genera millones de dólares anualmente en ingresos por hospedaje, transporte, alimentación y actividades turísticas complementarias.
Los costos competitivos de la región también juegan un papel fundamental. Organizar un evento en ciudades como Medellín o Quito resulta mucho más económico en comparación con destinos tradicionales en Estados Unidos o Europa. Esta ventaja económica atrae tanto a empresas multinacionales como a asociaciones internacionales que buscan optimizar sus presupuestos sin sacrificar la calidad del evento.
Conectividad aérea en crecimiento
La conectividad aérea ha mejorado considerablemente en la última década, facilitando el acceso a los principales destinos de congresos en América Latina. Aeropuertos como el de El Dorado en Bogotá, el de Ezeiza en Buenos Aires y el Aeropuerto Internacional de Cancún han ampliado sus rutas internacionales y aumentado la frecuencia de vuelos.
Las aerolíneas también han contribuido a este desarrollo al establecer convenios específicos para eventos MICE, ofreciendo tarifas preferenciales y paquetes que incluyen servicios adicionales como transporte terrestre y acceso prioritario. Esto hace que los viajes de negocios sean más accesibles y convenientes para los participantes internacionales.
Diversidad cultural como atractivo
América Latina ofrece una diversidad cultural única que agrega un valor extra a los eventos organizados en la región. Los participantes no solo asisten a conferencias o exposiciones, sino que también tienen la oportunidad de explorar destinos llenos de historia, tradiciones y paisajes espectaculares.
Por ejemplo, en México, la cultura maya y azteca complementa las actividades de negocios con visitas a sitios arqueológicos como Chichén Itzá y Teotihuacán. En Perú, los congresos en Lima se combinan con excursiones a Machu Picchu, mientras que en Argentina, los eventos en Buenos Aires ofrecen experiencias gastronómicas y culturales que incluyen el tango y el vino.
Sostenibilidad en el turismo de reuniones
La sostenibilidad se ha convertido en un factor clave para la organización de eventos, y América Latina está avanzando en esta área. Muchos centros de convenciones han adoptado prácticas ecológicas, como la reducción de residuos, el uso de energía renovable y la promoción de la movilidad sostenible.
Un ejemplo destacado es el Centro de Convenciones de Costa Rica, que ha integrado la sostenibilidad en su modelo de operación. Desde su inauguración, este recinto ha priorizado el uso de materiales reciclados, la eficiencia energética y la colaboración con proveedores locales para reducir su huella de carbono. Estos esfuerzos no solo benefician al medio ambiente, sino que también fortalecen la reputación de la región como un destino responsable.
Retos y oportunidades
A pesar de sus logros, América Latina enfrenta retos que deben ser abordados para consolidarse como líder global en turismo de reuniones. Entre ellos se encuentran la inestabilidad política en algunos países, la necesidad de mejorar la seguridad y la insuficiencia de infraestructura en ciudades emergentes.
No obstante, estas desafíos también presentan oportunidades. La digitalización, por ejemplo, está revolucionando la manera en que se planifican y ejecutan los eventos. Muchas ciudades latinoamericanas están invirtiendo en tecnologías que permiten la integración de plataformas virtuales e híbridas, ampliando el alcance de los eventos y mejorando la experiencia de los asistentes.
Casos de éxito
Los casos de éxito abundan en la región. En 2024, el Congreso Mundial de Energías Renovables se llevó a cabo en Santiago de Chile, atrayendo a más de 5,000 participantes de 60 países. Este evento no solo destacó la capacidad organizativa de la ciudad, sino que también generó una derrama económica significativa y colocó a Chile en el foco del desarrollo sostenible.
Por su parte, Medellín ha sido reconocida por su transformación urbana y su capacidad para organizar eventos de gran envergadura. En 2023, la ciudad albergó el Foro Mundial de Ciudades Inteligentes, demostrando que las metáforas de innovación y sostenibilidad pueden ser un atractivo clave para los organizadores internacionales.
Perspectivas futuras
El futuro del turismo de reuniones en América Latina es prometedor. La región cuenta con una combinación de activos únicos que, si se gestionan adecuadamente, pueden posicionarla como un líder indiscutible en el segmento MICE. Las inversiones en infraestructura, la mejora de la conectividad y la adopción de prácticas sostenibles son pasos esenciales para alcanzar este objetivo.
Además, el interés global en experiencias culturales auténticas y en destinos emergentes favorece a América Latina. Con su diversidad geográfica y cultural, su capacidad para adaptarse a las demandas del mercado y su enfoque en la sostenibilidad, la región está preparada para consolidar su posición como un destino clave para congresos y convenciones en el escenario internacional.
En resumen, el auge del turismo de reuniones en América Latina no es un fenómeno pasajero, sino el resultado de una estrategia bien ejecutada que combina infraestructura, cultura y economía. Con los esfuerzos continuos de los sectores público y privado, esta tendencia promete seguir creciendo y generando beneficios significativos para la región.
